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Una de las características más interesantes que tuvo el Imperio español fue el mestizaje que se dio en el Nuevo Mundo. Por mestizaje se entiende la unión de miembros de los tres grandes grupos que coincidieron en América: los nativos americanos, los europeos y los africanos; y la descendencia que apareció debido a los enlaces entre los integrantes de los diferentes grupos. Su estudio es de un gran interés por las características que tuvo este fenómeno y su impacto a diferentes niveles; nos ayuda evitar errores en su comprensión; y a clarificar este fenómeno y comprender su singularidad con respecto a otras potencias que fueron forjando sus imperios durante la Edad Moderna y Contemporánea.

Al ser un fenómeno tan amplio, vamos a dar unas pinceladas de las características más importantes a tener en cuenta. También hay que avisar que para hablar de las personas fruto de uniones entre personas consideradas de diferentes razas se empleará el término mestizo en un sentido amplio, pues en un principio se reservaba a los que eran hijos de español e india.

El mestizaje empezó prácticamente con la llegada de los conquistadores a América

Este fenómeno comienza prácticamente en cuanto los primeros españoles llegan al nuevo continente para instalarse en él, sin necesidad de que se animara a los nuevos habitantes a unirse con la población autóctona. Uno de los primeros casos fue el de Gonzalo Guerrero, el cual llegó a convertirse incluso en jefe maya, a tomar una mujer local y tener hijos.

El mestizaje no estuvo prohibido por la legislación española del momento

Mientras que en otros países estos enlaces no eran del todo bien visto por las autoridades e incluso se llegaron a promulgar leyes para prohibirlos, en España no existió tales prohibiciones. Es más, la legislación se mostró favorable a estos matrimonios y se quiso garantizar que nadie le pusiera ningún impedimento, fuera del tipo de fuera como el origen geográfico y familiar de los contrayentes:

«Es nuestra voluntad que los indios e indias tengan, como deben, entera libertad para casarse con quien quisieren, así con indios como con naturales de estos nuestros reynos, o españoles nacidos en las Indias, y que en esto no se les imponga impedimento.» (Real Cédula de 5 de febrero de 1515)

El mestizaje se produjo por cauces regulares e irregulares

La unión de población española y población indígena se produjo tanto de una manera legítima como ilegítima a los ojos de la legislación del momento, es decir, se realizó dentro y fuera del matrimonio. Buena parte de los mestizos son fruto de uniones irregulares como muestra el propio Hernán Cortés. El conquistador tuvo tres hijos ilegítimos que reconoció como suyos con tres mujeres indígenas distintas: la Malinche; Isabel de Moctezuma, hija del emperador Moctezuma II; y una princesa mexica desconocida.

No obstante, eso no significa que no se produjeran legítimos matrimonios, como los que se realizaron entre miembros de las clases altas indígena y española. Una muestra de esto es el literato Inca Garcilaso de la Vega, hijo del capitán Garcilaso de la Vega y de Isabel de Chimpu, prima de Atahualpa. También los hubo en las clases populares, como el matrimonio del español Miguel Rodríguez y la negra liberta Luisa de Abrego, el primero interracial celebrado en lo que hoy es Estados Unidos aunque luego fuera anulado por la acusación de bigamia.

El mestizaje caló en la sociedad

Imagen original aquí

Este fenómeno no fue algo puntual, ni circunscrito a un periodo determinado de la Historia del Imperio español en América, a un territorio concreto o a un grupo social. La movilidad social fue tal que se decidió clasificar estas uniones y la descendencia que producían según fuera la categoría de los progenitores sobre todo en el siglo XVIII, como revelan las pinturas que se hicieron al respecto para mostrar la diversidad familiar que se podía ver en la América española. A modo de ejemplos, aquí se muestra una pequeña selección de posibilidades que se podían dar:

Español + india -> Mestizo

Español + mestiza -> Castizo

Español + negra -> Mulato

Español + mulata -> Morisco

Morisco + española -> Chino

Chino + india -> Saltatrás

Saltatrás + mulata -> Lobo

Lobo + china -> Jíbaro

A pesar de este detallismo, en realidad era muy difícil hacer una buena clasificación según el aspecto físico por los continuos cruces que se habían ido produciendo con el paso de los siglos.

El mestizo tenía una posición social complicada

Como ya se ha dicho, buena parte de los mestizos eran frutos de uniones libres y no de legítimo matrimonio. Esto los ponía en una situación incómoda ya que sus orígenes suponían un obstáculo para poder alcanzar determinados puestos importantes en la Administración o en la Iglesia, por ejemplo. Por eso, en el caso de los que eran hijos de españoles e indígenas, se buscaba ser adscrito a uno de esos dos grupos por las oportunidades que podía conseguir. Además, este carácter mestizo podía llegar a ser visto como algo incómodo y peyorativo, por lo que se buscaba ocultar o disimular en lo posible.

No hay que olvidar algo muy importante y es que la sociedad española del momento era profundamente estamental, es decir, tenía una gran importancia la clase social a la cual pertenecías (como pasaba en el resto del mundo), más que el color de piel que se tenía. No hubo problemas en enlaces matrimoniales entre gente de la aristocracia española y la aristocracia azteca e inca, pues se igualaron ambas en todos los sentidos. Sin embargo, sí era impensable que se casaran gente de grupos sociales dispares, tuvieran los rasgos que tuvieran. También lo era pasar a formar parte de un estamento social si no se mostraba cumplir requisitos como los que se daba en la Península, como la limpieza de sangre. La sociedad hispanoamericana se encargó de reproducir en la medida de lo posible la que había en España, aunque con todas sus particularidades propias.

No era lo mismo tener ascendencia indígena que africana

La presencia africana en América se remonta a la llegada de esclavos negros al Nuevo Mundo, ya fuera para quedarse en territorios españoles, la minoría; ya fuera para ser trasladados a los territorios que tenían otras potencias europeas en América como Brasil o las Treces Colonias de Norteamérica, la mayoría. Por eso, no gozaban de la misma legislación proteccionista que habían conseguido los indígenas gracias a las sucesivas leyes dadas por los reyes de España. Eso hacía que a los descendientes de africanos lo tuvieran en ocasiones más difícil aún para hacerse un hueco aceptable dentro de la sociedad hispanoamericana que los que tenían antepasados nativos.

No obstante, hay que recordar que incluso los visitantes extranjeros señalaban que la situación de los esclavos negros en territorios del Imperio español era mejor que la que se daba en otros lugares, como se ve en situaciones tan interesantes como la aparición en la Florida del primer asentamiento regido completamente por afroamericanos libres de la Historia, Gracia Real de Santa Teresa de Mosé.

No siempre ni en todos los lugares los mestizos han sido tratados de la misma manera

Una vez dicho todo lo anterior, hay que hacer una matización fundamental. El fenómeno del mestizaje se produjo a lo largo de tres siglos en un territorio que abarca varios millones de kilómetros cuadrados. Esto significa que la situación de los mestizos no fue la misma en el siglo XVI que a principios del siglo XIX, ni era la misma en el Virreinato de Nueva España que en el Virreinato del Río de la Plata. Por ejemplo, había universidades y centros de estudios superiores en América muy estrictas en sus requisitos sobre los antepasados para poder entrar como el Colegio Real de San Carlos de Buenos Aires, mientras que en otras no había tantos inconvenientes, como mostró la Universidad de Santo Domingo, donde hubo un catedrático mulato en el siglo XVII, el presbítero Tomás Rodríguez Sosa. Por lo tanto, hay que tener siempre cuidado a la hora de hacer extrapolaciones y generalizaciones.

Además, el tratamiento que se daban entre sí los diferentes grupos sociales que fueron formándose en América con el paso de los siglos también experimentó cambios muy importantes. Por ejemplo, los criollos, descendientes de españoles que se instalaron en América y no se juntaron con gente de procedencia indígena o africana, se mostraron muy celosos de sus privilegios y su posición para ocupar puestos importantes en el siglo XVIII frente a otros españoles de origen mestizo. En esos choques se explica que los criollos fueran los más favorables a la independencia de los virreinatos de España que la población mestiza e, incluso, indígena.

Frutos del mestizaje

Aunque los resultados de estas uniones mixtas no lo tuvieran fácil en su camino por encajar en la sociedad del Imperio español, sin embargo contamos con personajes muy interesantes que supieron hacerlo y dejaron una huella perdurable, como estos tres casos:

Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), de padre español y madre inca, fue una de las figuras más importantes del Siglo de Oro español por su producción literaria y de carácter histórico, donde mostró que el mestizaje entre el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo no se quedó en la población, también alcanzó a la cultura.

San Martín de Porres (1579-1639), de padre español y madre negra liberta, al ser mulato y tenido fuera del matrimonio, solo pudo entrar como donado del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario de Lima; pero fue tal la fama de santidad que ganó en vida que a su muerte incluso el virrey del Perú quiso llevar durante un trecho su ataúd.

Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), la Décima Musa por la extraordinaria calidad de su producción literaria y gracias a la cual ocupa un puesto importante en el Siglo de Oro español, es el resultado de ambiente social novohispano pues fue hija ilegítima, aunque no le supuso un impedimento para ganar fama bien merecida ya en vida.

Conclusión

Estas anotaciones no son más que un pequeño esbozo muy superficial de un tema tan interesante como complejo. Tal vez, una buena manera de concluir sea poner un último ejemplo para entender la realidad del mestizaje, un proceso muy difundido y que caló en la sociedad del momento; los problemas de diferente índole que tuvieron los mestizos por su condición; los tratamientos tan diferentes que podían recibir según el momento, el lugar y su familia; y la lucha que afrontaron para hacerse un hueco.

Pedro Agustín Morel de Santa Cruz (1694-1768), natural de Santiago de los Caballeros en Santo Domingo, era hijo de un gobernador de armas de aquella ciudad y de una mulata. Aunque en un principio pudo ingresar en el seminario y recibir las órdenes menores, e incluso ser nombrado canónigo, tuvo muchos problemas para ordenarse debido a la condición de su madre y que tenía una abuela india que le echaban en cara sus detractores. Al ser una situación muy tensa, salió de su isla natal y se trasladó a Cuba, donde fue ordenado sacerdote. Sus excelentes cualidades le permitieron ocupar puestos importantes hasta ser obispo, primero en Honduras en 1759 y luego de Cuba en 1753. Aquí murió y fue enterrado en La Habana.

Para conocer más sobre el tema y tener diferentes visiones

El mestizaje en América: https://revistaschilenas.uchile.cl/handle/2250/49723

Mestizaje: https://laamericaespanyola.wordpress.com/2020/02/27/mestizaje/

La América española, paleta de mestizaje: https://academiaplay.es/america-espanola-paleta-mestizaje/