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Un hecho que llama la atención sobre la Historia de España es que el rey Felipe VI puede remontarse hasta Bermudo I, rey de Asturias entre los años 789 y 791. Ante esta afirmación, la primera duda que surge es cómo es posible al haber producido cambios de dinastías a lo largo de los siglos. Sin embargo, y cómo vamos explicar, en la realeza todo queda en familia.

Bermudo I de Asturias

La primera dinastía que apareció en Asturias es conocida como la dinastía astur-leonesa, inaugurada por don Pelayo, primer rey de Asturias. A pesar de la importancia simbólica de su figura, los reyes de España no pueden entroncar con él pues su último biznieto que subió al trono, Alfonso II el Casto, no tuvo hijos, y al morir en el año 842 fue sucedido por el hijo de Bermudo I el Diácono, Ramiro I. Esta dinastía permaneció ocupando el trono asturiano primero y leonés después hasta 1037 cuando se rompe con la muerte de Bermudo III de León el Mozo.

La siguiente familia en el trono leonés fue la dinastía Jimena, inaugurada por Fernando I, quien era conde de Castilla cuando se convirtió en rey. El ascenso del noble, sin embargo, no apartó del trono a la anterior familia porque Fernando se había casado con la hermana de Bermudo III, Sancha. Por eso, los hijos de ambos, Sancho II de Castilla, Alfonso VI de León y García de Galicia, seguían emparentados con la dinastía astur-leonesa.

La dinastía Jimena no duro mucho tiempo en el trono leonés porque la nieta de Fernando, la reina Urraca la Temeraria, se casó con el conde Raimundo de Borgoña y el hijo de ambos, Alfonso VII el Emperador, que reinó de de 1126 a 1157, inauguró una nueva dinastía, la Casa de Borgoña.

Esta familia se mantuvo en los tronos de Castilla y León hasta que Fernando III el Santo unificó ambos al recibir el primero por la abdicación de su madre Berenguela y el segundo al morir su padre Alfonso IX. Después de Fernando la Casa de Borgoña siguió al frente de la Corona de Castilla hasta la muerte de Pedro I el Justiciero en 1369. Sería sucedido por el primer miembro de la Casa de Trastámara, Enrique II.

Este hecho tampoco rompió la vinculación de la anterior familia con el trono porque Enrique de Trastámara era hermanastro de Pedro I al ser hijo natural del padre de ambos, Alfonso XI. La nueva dinastía rigió tanto Castilla como, posteriormente, Aragón, hasta que se produjo el matrimonio que traería a una nueva familia a ocupar el trono español, el matrimonio de Juana I de Trastámara y Felipe I de Habsburgo. El hijo de ambos, Carlos V, asentó a la nueva familia de los Austrias sin romper con todas las dinastías anteriores, la cual se mantuvo hasta la muerte de su tataranieto Carlos II en 1700.

El ultimo Austria español murió sin descendencia y su heredero fue el duque de Anjou y primero de la Casa de Borbón en España, Felipe V, nieto de Luis XIV. Gracias a esto, la dinastía astur-leonesa aún «seguiría» en el trono porque Luis XIV se casó con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV. Del duque de Anjou descienden todos los Borbones que se han sentado en el trono español hasta Felipe VI.

Así, se puede decir que en los últimos siglos, casi todos los reyes de España descienden de Bermudo I de Asturias, incluso Amadeo I. No parece posible esto porque es miembro de la Casa de Saboya. Sin embargo, su parentesco con la dinastía astur-leonesa le viene gracias a que uno de sus tatarabuelos es Carlos III. El único que se escapa es José I Bonaparte, que no consiguió emparentar con la realeza europea ni española.

Además de esta vinculación con uno de los primeros reyes de Asturias, Felipe VI puede remontarse también a los primeros reyes de Navarra y Aragón y a todas las casas que han regido ambos reinos gracias a las políticas matrimoniales que llevaron los monarcas a lo largo de los siglos.

Ramiro I de Aragón

El monarca aragonés más antiguo del que desciende el actual rey es el considerado primero de Aragón, Ramiro I, hijo de Sancho III de Pamplona y que reinó entre 1035 y 1063. Esto es posible gracias a las diferentes uniones que hubo incluso antes del matrimonio de los Reyes Católicos, pero es Fernando II el Católico el que permite que Felipe VI esté emparentado con todas las familias que han gobernado Aragón: los Trastámara, la Casa de Barcelona y la dinastía Jimena.

El parentesco de Fernando II con los Trastámara es evidente al ser un Trastámara. Su vínculo con la anterior, la Casa de Barcelona, no es tan evidente porque su familia subió al trono aragonés tras ser elegida en la persona de Fernando de Antequera por la muerte sin hijos de Martín I el HUmano en 1410. Esto parecería indicar que no es posible establecer un vínculo entre ambas dinastías. Sin embargo, no es así porque El de Antequera era nieto por parte de madre de Pedro IV de Aragón de la Casa de Barcelona.

La familia de este último estaba entroncada directamente con la primera que rigió Aragón, la dinastía Jimena, por el matrimonio de Petronila, hija de Ramiro II el Monje y tataranieta de Ramiro I, con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Gracias a este matrimonio, Felipe VI también se puede entroncar con los condes de Barcelona hasta llegar a Sunifredo I, que dirigió el condado entre el 844 y el 848.

Sancho I de Pamplona

Si pasamos a Navarra, Felipe VI también puede remontarse hasta el considerado primer rey de Pamplona, Sancho I, gracias a que su antepasado Alfonso VI de León era hijo del conde de Castilla Fernando I. Él era hijo de Sancho Garcés III el Mayor, rey de Pamplona entre 1004 y 1035 y, justamente, tataranieto de Sancho I, miembro de la dinastía Jimena. Como se puede ver, esta familia fue capaz de sentarse en todos los tronos cristianos peninsulares antes de que lo lograran los Trastámara.

Navarra tuvo más dinastías que los demás reinos peninsulares españoles, pero incluso, a pesar de eso, Felipe VI está emparentado con todas ellas. Sin embargo, y curiosamente aquí el vínculo le viene gracias a Felipe V porque el reino quedó bajo la órbita de Francia en el siglo XIII.

Vamos a ir desde Felipe V hacia atrás, intentando simplificarlo en lo posible. El duque de Anjou descendía de Enrique IV, primer Borbón que reinó en Francia de 1589 a 1610. Este Enrique era biznieto de Juan III, primer y único rey de Navarra de la Casa de Albret, el cual estaba casado con la reina de Navarra Catalina I, la última miembro de la Casa de Foix. Ella era nieta de Leonor I, hija del que sería Juan II de Aragón y Blanca I (y hermanastra por ello de Fernando el Católico). Blanca era la última de la Casa de Évreux y biznieta, a su vez, de Juana II, la última reina navarra que pertenecía la familia Capeto, la familia que reinaba en Francia desde hacía siglos. Juana era nieta de Felipe I de Francia y Juana I, la última de la Casa de Champaña, que gobernaba Navarra desde el ascenso al trono de su abuelo Teobaldo I, conde de Champaña, en 1234. Éste había sido designado rey de Navarra tras la muerte de su tío Sancho VII, con quien terminó con la dinastía Jimena en el territorio navarro, y a esa familia pertenecía el ya mencionado Sancho I, el primer rey de Pamplona.

Así, a modo de resumen para no perderse con todos los problemas que provocaron los enlaces matrimoniales entre miembros de la realeza y la nobleza, podemos decir que antes o después todas las familias de la realeza han quedado emparentadas y han conseguido perdurar hasta la actualidad aunque sean con otro apellido, en este caso Borbón. Por eso, Felipe VI desciende actualmente, sin que se haya roto en ningún momento y aunque se haya tenido que recurrir a ramas secundarias, de todas las familias que han ocupado los principales tronos cristianos medievales peninsulares de Asturias, León, Castilla, Aragón y Navarra.

Para saber más

Monarquía española: https://www.monarquiaespanola.es/

La monarquía hispánica: https://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/monarquia/presentacion.shtml